EU concentra el 45% de los data centers del mundo y eso es un problema
Las Vegas, Nevada. Estados Unidos es el corazón de la infraestructura digital global. Según datos de Statista, el país alberga 5,381 centros de datos, por encima de Alemania, que tiene 522; Reino Unido, con 517, o China, con 497. Pero esta concentración, lejos de ser una ventaja absoluta, plantea riesgos crecientes para la estabilidad digital, la soberanía tecnológica y el equilibrio geopolítico de la nube. Para Thomas Kurian, CEO de Google Cloud, el futuro de la infraestructura digital debe estar marcado por la distribución estratégica, no por la concentración. “Si estás trabajando como una empresa global dentro de un contexto geopolítico, la solución es trabajar con los gobiernos para que puedan tener control soberano sobre la tecnología”, dijo durante una conferencia dentro de Google Next.
La dependencia de un solo país como epicentro de la nube global es vista con creciente recelo por gobiernos y empresas que exigen mayor cumplimiento de regulaciones locales y protección contra injerencias extranjeras. La solución, de acuerdo con Kurian, pasa por rediseñar la arquitectura de la nube desde cero. “Vimos que los gobiernos cada vez quieren tener regulaciones nacionales sobre cómo se maneja la tecnología. Por eso, llevamos años construyendo una infraestructura soberana que pueda operar dentro de cada país, con sus propias reglas, y completamente aislada si así se requiere”, afirmó el ejecutivo. Google Cloud desarrolló versiones de su plataforma que permiten operar sin conexión directa con sus servidores centrales, una modalidad conocida como air-gapped cloud. “Si deseas ejecutar tu nube completamente aislada, sin conexión con Google, puedes hacerlo. Incluso, puedes mantener las claves de cifrado fuera de nuestro alcance”, explicó Kurian.
¿Cómo se define la construcción de un data center?
La expansión global de Google Cloud responde a tres criterios clave: demanda de clientes, disponibilidad de energía -especialmente renovable- y espacio físico. A partir de esa lógica, la empresa ha desplegado infraestructura en más de 32 regiones y continúa ampliando operaciones en países como México, Suecia, Países Bajos, Polonia y Arabia Saudita. “Diseñar un centro de datos es algo extremadamente sofisticado. Evaluamos cuántos clientes lo requieren, qué tipo de energía está disponible, particularmente renovables, y si hay espacio suficiente para construirlo”, explicó Kurian. La colaboración con actores locales también es parte de la estrategia. En México, por ejemplo, Kurian destacó que si bien Google diseña la infraestructura, la construcción se realiza con equipos locales, en alianza con proveedores de telecomunicaciones y redes para garantizar conectividad e integración regional. En América Latina, la estrategia de infraestructura de la empresa toma forma con un enfoque híbrido entre grandes centros de datos y soluciones localizadas, diseñadas para atender necesidades específicas de soberanía, latencia y volumen de procesamiento. La zona cuenta con tres regiones en Chile, Brasil y México, interconectadas con la red global de Google. Pero más allá de estas inversiones de largo plazo, la empresa ha comenzado a desplegar GDCs (Google Distributed Cloud) en países como El Salvador, como alternativa para gobiernos o industrias altamente reguladas que requieren procesamiento local inmediato. “Esto resuelve problemas de negocio donde el volumen de transacciones o la velocidad de respuesta es crítica, como en bancos, gobiernos o manufactura”, explicó Eduardo López, Presidente de Google Cloud en América Latina. La visión a futuro contempla una red más descentralizada y adaptable, donde la infraestructura no se impone desde Silicon Valley, sino que responde a la realidad de cada país. En México, Julio Velázquez, director de Google Cloud en el país, señaló que por ejemplo, el centro de datos en Querétaro ya está operativo desde diciembre de 2024, y está conformado por clientes nativos digitales y empresas tradicionales. Además, la región destaca por su alto uso de energía limpia: Brasil y Chile operan con matrices energéticas renovables superiores al 90%, lo que convierte a Latinoamérica en un polo atractivo para inversiones tecnológicas con foco en sostenibilidad. “América Latina no está atrás. De hecho, en muchos aspectos está mostrando mayor optimismo sobre el impacto positivo de la inteligencia artificial que otras regiones”, subrayó Velázquez. En paralelo, uno de los argumentos recurrentes en contra de una mayor expansión de centros de datos es el consumo energético. Sin embargo, Kurian enfatizó que este problema está siendo resuelto con tecnología. “Desde enero hasta junio de 2024, el costo de inferencia de IA se redujo 20 veces. Esto significa que la energía necesaria para operar modelos ha bajado significativamente”, afirmó. Además, Google ha optimizado el diseño de sus data centers para reducir el uso de energía mediante refrigeración líquida, integración de fuentes renovables y exploración de tecnologías como la energía nuclear. En algunas regiones de Europa, sus centros de datos ya funcionan con más del 95% de energía limpia. Mientras Estados Unidos sigue dominando el mapa, el verdadero poder en la era digital estará en quien controle, o distribuya inteligentemente, la infraestructura que hace posible todo lo demás.
]]>
Powered by WPeMatico