Durante 2004, Apple tenía el control absoluto de un mercado en el cual había irrumpido con mucha fuerza: los reproductores de música portátil. El dominio de dispositivos como los iPod era total, hasta el punto de ser el 50% de los ingresos de Apple por aquella época. A pesar de estos momentos de gloria para Apple, Steve Jobs estaba preocupado por un dispositivo que podía quitarle el dominio de la música portátil: el teléfono móvil.
Y estaba totalmente en lo cierto. Por aquella época cada vez aparecían modelos con mejor tecnología para reproducir música en incluso vídeos. Sabía que era cuestión de tiempo que alguien pudiera sacar al mercado un teléfono con un reproductor de música en condiciones. En una maniobra que realmente sorprende (ya que históricamente siempre se había cuidado de no tomar este camino), pensó que la mejor solución sería aliarse con una compañía con presencia en sector para sacar el primer teléfono bendecido por Apple y con iTunes. Esa empresa era Motorola.
Así es como Apple y Motorola llegaron a un acuerdo para fabricar el Rokr E1, el primer teléfono con iTunes incorporado y presentado al mercado en 2005. Pero las cosas no fueron como esperaban. No era un teléfono realmente malo para la época, tenía 176×220 con 262.000 colores, una microSD de 512MB (ampliable a 1GB), Bluetooth, etc. Pero su diseño barato de plástico, una cámara realmente pobre incluso para la época y sobre todo un límite de 100 canciones en memoria (no era culpa de la tarjeta de memoria, sino de la firmware), rebajaron mucho las promesas iniciales de este dispositivo.
Se le empezó a llamar el «iTunes Phone» pero en realidad no tenía un diseño digno de Apple (cosa que realmente cuida en sus productos). Incluso algo tan sencillo como la carga de nuevas canciones era un auténtico problema, ya que primero el usuario tenía que comprar las canciones en iTunes, descargarlas y luego transferirlas (en un proceso muy lento) al teléfono. Incluso la presentación realizada por el mismísimo Steve Jobs falló en el escenario. De hecho, no fue capaz de realizarla correctamente, en un momento de la presentación, recibe una llamada (preparada) y luego la canción tendría que seguir reproduciéndose justo donde se interrumpe antes de la llamada, cosa que no ocurre. La cara de Jobs lo dice todo, aquí tenéis esa parte de la charla:
Jobs no tardó en cancelar cualquier contrato o relación con el Rokr, en 2006 lo canceló, sólo un año después de su lanzamiento no habría más «iTunes Phone» (aunque Motorola continuó fabricando modelos superiores basados en el E1). Así que Steve Jobs decidió que si quería un auténtico teléfono iTunes, tendría que fabricarlo él. Y esta fue una de las semillas que finalmente llevaron a Apple a crear el mítico iPhone.
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