Seguridad

Ciberresiliencia: fortaleciendo la defensa digital

Las empresas somos, cada día, más conscientes de que nos enfrentamos a una serie de riesgos sistémicos (climáticos, geopolíticos o de ciberseguridad) que impactan en nuestros negocios, ya sea en sistemas de información, cadenas de suministro o a nivel integral. Todavía no han pasado ni cinco años desde que la COVID irrumpió en todo el mundo, un ejemplo que desgraciadamente puso de manifiesto esta fragilidad.

Por eso hoy la gestión de riesgos hoy se extiende para abarcar un concepto más amplio: la resiliencia. Este término, que se utilizó inicialmente en la física y la ingeniería para describir la capacidad de un material de volver a su forma original después de haber sido deformado, ha pasado a formar parte no sólo del lenguaje de la ecología y la psicología, sino también del ámbito corporativo o tecnológico.

Y es que a nivel empresarial ya no se habla de evitar riesgos, sino de minimizar sus impactos de diseñar organizaciones que puedan recuperarse con rapidez y, además, aprender de la situación para afrontar futuros nuevos riesgos con mayor resiliencia.

Este principio aplica hoy con fuerza a la ciberseguridad. Los riesgos son cada vez mayores: el mapa de exposición aumenta y los ecosistemas digitales requieren conectividad con clientes, proveedores y diferentes agentes. Y la cuestión no es si vamos a ser atacados o no, sino cuando lo seremos y cual será el resultado del análisis forense.

Los ataques (ya sean específicamente dirigidos a una empresa, o por haberse visto involucrados en ellos fortuitamente) son, en parte, inevitables. Por lo tanto, es importante focalizarse en la resiliencia y prepararse para minimizar sus impactos (anticipándose), recuperarse con agilidad y, sobre todo, aprender de lo ocurrido. De otra forma, reaccionaremos de manera no programada durante el incidente, con alta incertidumbre.

En definitiva, se trata de transformar la ciberseguridad en ciberresiliencia, lo cual implica dar prioridad a la resiliencia frente a la defensa.

Es un concepto integral en la era digital, cuyo objetivo es robustecer la capacidad de sistemas, organizaciones y naciones para hacer frente a eventos o ataques cibernéticos. Este enfoque no solo busca la prevención, sino que abarca la anticipación, respuesta y recuperación en el ámbito de la seguridad informática.

Este paradigma no solo representa un conjunto de medidas de seguridad, sino más bien una filosofía integral que abarca desde la prevención hasta la adaptación constante. Se caracteriza por ser dinámica, evolucionando con la cambiante naturaleza de las amenazas digitales.

La primera línea de defensa, la prevención, despliega medidas proactivas como firewalls y antivirus, pero la detección constante es igualmente crucial. La ciberresiliencia no se limita a ser un escudo estático; es un bastión dinámico que evoluciona con la cambiante naturaleza de las amenazas digitales.

Lo que le distingue es su capacidad de adaptación. En un entorno digital en constante cambio, la actualización constante de políticas, procedimientos y tecnologías de seguridad garantiza que la defensa se mantenga a la par de los desafíos emergentes. Es más que una respuesta a amenazas; es una mentalidad que impulsa la innovación.

Así, se consolida no solo mediante medidas esenciales de prevención, detección, respuesta y recuperación, sino también a través de aspectos adicionales que fortalecen su fundamento:

  1. Concienciación y formación: la capacitación constante proporciona conocimiento sobre amenazas cibernéticas y nutre una cultura interna de seguridad. Equipos bien informados se convierten en un fuerte frente de defensa.
  2. Colaboración y coordinación: la colaboración activa con otras entidades y la participación en la comunidad de seguridad cibernética teje una red de defensa más sólida.
  3. Evaluación y mejora continua: gracias a esto se identifican áreas de mejora y ajustan estrategias de seguridad, además de prepararnos para lo desconocido.
  4. Diversificación de defensas: dependiendo de diversos factores, se crea un frente de defensa robusto y adaptable.
  5. Gestión de riesgos: la gestión proactiva impulsa una toma de decisiones informada, siendo una salvaguarda y brújula estratégica.

En el camino hacia el futuro, la ciberresiliencia será más que una estrategia defensiva; será un motor de innovación y progreso. Aquellas organizaciones y naciones que adopten esta mentalidad liderarán el camino hacia un futuro digital más seguro y próspero. No es solo un término técnico; es un compromiso con la supervivencia y la excelencia en un mundo digital en constante cambio.

Álvaro Fraile, director de ciberseguridad de Ayesa

Álvaro Fraile, director de ciberseguridad de Ayesa

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Gustavo Genez

Informático de corazón y apasionado por la tecnología. La misión de este blog es llegar a los usuarios y profesionales con información y trucos acerca de la Seguridad Informática.