Seguridad

Mis notas del colegio de este año 2023

Hoy quería sentarme a escribir con la hoja en blanco para intentar hacer balance del año. De lo bueno, de lo malo, de lo que he vivido, de lo que he conseguido, de lo que he fracasado, de lo que me ha faltado, de lo tenido, y de lo echado de menos. Todos los años hago balance, y miro al año siguiente pensando en qué tengo que mejorar, qué tengo que hacer distinto, qué tengo que desarrollar en mí y que tengo que matar en mí.

Figura 1: Mis notas del colegio

A Mi Hacker, cuando se frustra por una nota de una asignatura y ve que yo no la regaño ni la digo nada, o en todo caso la hago burla, siempre le digo lo mismo. «Contigo se honesta. Puedes poner todas las excusas, contar todas las cosas que quieras, pero contigo no. A ti mismo dite toda la verdad. Todo lo que has hecho mal, todo lo que puedes mejorar, todo lo que puedes corregir.» Es cierto que creo que todos tenemos que ser lo protagonistas de nuestra propia vida ficticia, ya que creo que la realidad y la verdad de algo suele ser un percepción interpretada de forma subjetiva por cada uno. Como decía la gran Isabel Allende cuando la conocí, las cosas no son para mí como la gente cree o recuerda, sino que para mí las cosas son como las vivo y las escribo yo. Y punto. 
Por eso, yo todos los años, protagonista de mi propia historia personal, y sabiendo que casi todo lo que haga podrá ser interpretado de una forma un otra por cualquiera, que para eso nos inventamos la post-verdad, a mí me hago una presentación del balance de pérdidas y ganancias honesta y dura bajo mi interpretación subjetiva e imaginaria. Es decir, ajustada a mi realidad, a los parámetros de mi gravedad, y con los KPIs de mi existencia. Siempre he pensado que no debo aceptar consejos de personas que están en sitios en los que no quiero ni estar ni llegar, así que mis KPIs son una mezcla de mundano día a día junto con locura emocional, declinados sobre mis anhelos y deseos, más humanos que idealistas. Al final me siento un optimista realista que cree que para llegar a un sitio muy lejano hay que parar a comer y dormir bien todos los días, e ir chalando con los amigos o escuchando música para que el viaje, siempre el principal fin, merezca la pena.
Así que, la brújula de cada día con la que voy paso a paso para conseguir mis objetivos anuales me lleva a coser Madrid, España y el Mundo con celeridad. A mezclar clases de matemáticas con pretecnología, y luego un poco de rock’n roll, algo de magia, y un rato de remangarse para arar campo. Es decir, mi plan semanal es una mezcla de vida que pasa en mi cabeza, horas con cambio de contexto máximo, interacción con muchas personas, y ratos escondido en Internet escuchando música mientras actualizo mi cerebro a la nueva versión, planifico lo que tiene que suceder, o me imagino vidas que no he tenido, o futuros plausibles que pudieron haber sucedido, que los vivo con igual fruición. El multiverso de mi locura, supongo, que me permite pasar del Euro al plano astral, y volver para jugar con el Lego.
Y este año ha tenido de todo eso y mucho más. Me he puesto Matricula de Honor en Esfuerzo, pues he logrado plegar algunas cuerdas y hacer que los días tuvieran 25 o 26 horas. He quemado más rueda de la que debería en este sting, y he robado más tiempo del recomendable al paso por los boxes, pero es que tenía muchas cosas que hacer. Muchas cosas que quería hacer. Muchas cosas que debía hacer. Muchas cosas que preparar para conseguir algo. Muchas señales que pintar para marcar el camino hasta mí. Y al mismo tiempo haciéndolo mientras ando en zig-zag, que si lo haces en línea recta todo el mundo sabe dónde vas, y a veces para llegar a tiempo tienes que evitar el atasco y desviarte por caminos paralelos. De esos que se hacen cuando andas por ellos tú mismo.
Además de sacar Matrícula de Honor en Esfuerzo, he decir que el ratio de veces en los que la moneda salió de cara y no de cruz ha sido con creces mayor. He sabido poner el peso extra para trucar la moneda de la forma adecuada, y ha dejado de parecer un juego de azar para convertirse en algo menos cuántico. Pero tampoco ha sido magia. Es sólo que llevo muchos años tirando la moneda, y me he fijado mucho en cómo funciona el movimiento de ésta cuando está fuera de la palma de mi mano.  Parece un juego de azar, pero no lo es tanto, que muchas veces el bug está en el RNG, y el resto es historia.
Cuando la cruz ha venido a visitarme, este año he aplicado uno de los objetivos personales de mejora que me puse el año pasado por estas fechas, que consistía en aprender a sufrir más en esos momentos. Son, cuando las cosas van mal, esos momentos en los que te defines, en los que sale lo que hay en ti. Así que si la cruz asomó en la moneda, me dije conscientemente eso de «Ahora es el momento«, apreté los dientes, y pensé más en las alternativas para jugar esa moneda. Alguna se pudo pintar de azul, otras las acepté y punto, y de otras lloré de dolor y construí sobre ella. Vivir, que es lo maravilloso que tiene. No estar vacío, y que te queden ganas de luchar y sufrir.
En la parte de Aprendizaje, digamos que este año me podría un PA+. La tecnología no nos lo puso fácil, porque añadieron muchos temas nuevos, pero lo cierto es que trabajar en equipo nos ayuda a repartirnos tareas, y – como el honor y la valentía en el ejercito -, va de serie en nuestro trabajo, así que donde tuve que hacer el ++ fue en los otras habilidades. Las más suaves e importantes, y que tienen que ver más con luchar con tus conflictos internos que con los demás. Aprender a perder. Aprender a ganar perdiendo. Aprender a perder perdiendo. Aprender a ajustar más las notas al Tempo de la melodía y clavar el esfuerzo al metrónomo. Un poquito mejor que años anteriores. Aprender a mirar al futuro de la función, y esperar los puntos de pendiente cero para ver a qué cuadrante apuntaremos después. Que las cosas tienen su punto de ebullición, cocción, congelación, maduración, y explosión. Algo que es una mezcla de muchas cosas que aprender también.
Me tengo que poner algo de NM en la parte de Tiempo Libre y Educación Física, donde este año para conseguir sacar las cosas he quitado muchas cosas a mi ocio personal – que a pesar de disfrutarlo con intensidad -, he logrado meter pocos slots para eso mi vida. Y no he logrado hacer deporte todos los días. Tuvo que venir algún amigo a intervenirme para obligarme a correr con él. He patinado menos de lo que me gusta, he hecho menos bicicleta de lo que debería. He leído menos libros de los que quería. Así que me lo apunto como tarea de estas vacaciones. Un suficiente bajo, que diríamos en estos tiempos en los que intentamos dulcificarnos la realidad, pero que en mi época de EGB sería un cate en toda regla. No he pasado del 3 ahí.
Si tuviera que contarle a mi mamá las notas, le diría que he sido buen compañero. Que he jugado con todos mis amigos. Que les he ayudado a hacer los deberes. Que he hecho mis deberes sin molestar a los demás. Y que he colaborado en sus trabajos igual que ellos me han ayudado en los míos. Tampoco he contestado a los profesores, y he seguido – casi – todas las normas del colegio. También las de los colegios que he visitado, y que si he discutido con alguien ha sido porque había que hacerlo. E evitado portarme mal si no era necesario en todo momento. Eso ya lo superé el año pasado. Y hace alguno más aprendí a que no me quitaran el bocadillo en el recreo, que ya aprendí a defenderme, mamá. No sufras más por mí.
Ahora mi mamá, me diría que aprovechara estos días para descansar, pero que repasara un poco cada día, que si se me olvidan las matemáticas luego es más difícil con la siguiente evaluación. Me diría que aprovechara a jugar en la calle. Me diría que aprovechara para hacer las manualidades y proyectos para los que nunca tengo el tiempo suficiente. Que lea todos los días, que leyendo se aprende mucho, y que si ahorro algo de la paga podré ir al cine una o dos veces estas navidades. Que el año que viene esta cerca, y seguro que es muy duro el final de curso.
Me diría todo eso, y que cree en mí. Que sabe que voy a ser capaz de hacerlo. Que sé que yo soy muy trabajador desde pequeñito, cuando hacía las cuentas sentado en la cama, y leía los libros sentado en la silla sin molestar a nadie. Y yo, como os he dicho muchas veces, siempre he hecho caso a mi mamá. Así que midiéndome por la vara que me dio mi mamá, seguiré haciendo mi trabajo. Leeré, saldré a jugar con los amigos en la calle, dedicaré tiempo a mis manualidades, y repasaré todas las tareas, que el año que viene ya está aquí, y el día uno quiero estar el primero en la línea de salida para comenzar el camino.
¡Saludos Malignos!
Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)  

Powered by WPeMatico

Gustavo Genez

Informático de corazón y apasionado por la tecnología. La misión de este blog es llegar a los usuarios y profesionales con información y trucos acerca de la Seguridad Informática.