Se nos fue el «Condor». Gracias, Kevin Mitnick. #FreeKevin
Hoy es un día triste para mí, pues tengo que escribir sobre algo que llevaba tiempo esperando que en algún momento temía que pudiera tener que escribir, sobre la pérdida de un amigo al que era imposible no adorar: Kevin Mitnick. Han sido muchos meses luchando contra una enfermedad que le ha jugado malas pasadas, y donde nuestro querido Kevin ha estado luchado com hacen los hackers con los grandes problemas por resolver, hasta el final, luchando con todo. Pero al final, no ha podido ser.
Este tiempo, que ha sido poco más un año, Kevin ha tenido a su mujer Kim a su lado en todo momento, y y los amigos de Kevin hemos estado acompañándolo en las diferentes fases, compartiendo los resultados de las pruebas médicas, las esperanzas, y finalmente las malas noticas de la vuelta a aparecer una y otra vez, del terrible cáncer. La última comunicación ya no la pude tener con Kevin, y fue Kim quien por Signal – con Kevin solo hablaba por Signal o por su Slack personal -, me informaba de estar a la espera del fatal desenlace y me transmitía el último mensaje de Kevin hacia mí, y una noticia que me hizo llorar, que era que estaban esperando un bebé. Y lo vi ahí en su ecografía, latiéndole fuerte el corazón. Un bebé con un corazón tan grande y tan fuerte como los que tienen Kevin y Kim.
Kevin siempre fue un niño divertido, un niño mayor alegre y juguetón. Un niño grande que no entiende la vida sin risas, sin abrazos, sin alegría, sin hacks. Estar con Kevin era estar siempre alegre, y por eso tenía montones y montones de amigos que lo adorábamos. Era imposible conocer a Kevin Mitnick y no quererlo. Adoro esa foto que he usado en la cabecera de este artículo, que nos la hizo Kim en la habitación de hotel donde estaban ellos en Las Vegas una de las veces que coincidimos allí. Lo abracé, Kim tiró la foto y me la mandó luego retocada con las rayas azules de mi gorro. Es una de mis fotos favoritas con Kevin.
Además, Kevin disfrutaba mucho de la vida. Disfrutaba de vivir en el mundo. Y luego compartir todas las aventuras con los amigos cuando quedábamos a comer, cenar, a tomar un café, o a tener una vídeo conferencia. Yo siempre decía que era nómada, porque cerraba un calendario de conferencias por todo el mundo dando su charla-espectáculo de hacking, y pasaba en esa ciudad una semana o diez días. Viajaba por todo el mundo con sus ordenadores, con sus gadgets, con sus baúl de ropa, y conocía a gente por todo el mundo. Y a su lado siempre su amor Kim, que le acompañó la última parte de su vida todos los días, que se casó con él, y que está esperando dar a luz al bebé de ambos.
Conocí a Kevin porque en su show utiliza mi querida FOCA, y cuando vino a Madrid quedamos en persona. Conectamos de maravilla, y de ahí nació una amistad que duró hasta el final, y que nos juntó en cualquier ciudad del mundo. Por supuesto en Madrid, que cada vez que venía mi agenda era su agenda, pero nos podíamos encontrar en Las Vegas para irnos a cenar a su restaurante favorito, organizarnos para dar una charla juntos en San Diego dentro de la ToorCON, quedar a cenar con Steve Wozniak y llevarnos uno de los recuerdos más bonitos juntos, encontrarnos en Chile y cenar con todos los amigos juntos, sincronizar agenda en DefCON y BlackHat para que el estuviera en primera fila viendo mi charla, riéndose, aplaudiendo y tomando notas de todo, o descubrir yo que iba a dar una conferencia en Barcelona con Telefónica – cuando yo aún estaba empezando de subcontratado en la casa – y colarme usando el badge de Microsoft porque yo daba en el mismo auditorio mi conferencia al día siguiente.
Os podría contar muchas anécdotas de Kevin Mitnick, porque yo lo he disfrutado como persona, como amigo, y he podido estar cerca del hacker más famoso de la historia, pero lo mejor ha sido poder disfrutar de la luz de ese niño grande. De las charlas infinitas en una cafetería por San Diego, de irnos un día maravilloso todos juntos a la presa Hoover y reírnos con las motos de agua cada minuto. Su legado a las personas que lo tuvimos cerca es más grande que su leyenda por la persona que era.
Figura 6: Presentación de DirtyTooth en 2017
Kevin siempre fue alegre, y estoy convencido de que no querría que nadie estuviera triste por él. No querría dejarnos tristeza. Solo alegría y amor. Así que mi manera de recordarle hoy va a ser como la foto de su obituiario, que es Kevin en el único estado que se le puede recordar, alegre.
Figura 7: Obituario de Kevin Mitnick
Amigo, gracias por todos los momentos juntos, por las charlas durante de la pandemia sincronizando horarios entre Australia y Madrid, por todas las risas, pero sobre todo, por toda la alegría y amor que nos has dado siempre. Por siempre, #FreeKevin.
¡Saludos Malignos!
Autor: Chema Alonso (Contactar con Chema Alonso)
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