Digitalizar o desaparecer, la educación privada mexicana está en jaque

En el ecosistema educativo mexicano, la transformación digital ya no es un valor agregado, es una necesidad urgente para competir, sobrevivir y crecer. Así lo revela el informe Estado Actual de la Educación Privada en México , elaborado por Cometa, una plataforma de gestión escolar que expone una fuerte correlación entre la adopción tecnológica y el éxito institucional. Los colegios que implementan sistemas como CRM (Customer Relationship Management) logran captar hasta 89% más alumnos frente a aquellos que operan con procesos manuales. Sin embargo, solo una de cada diez escuelas privadas ha integrado esta herramienta.

“La oportunidad desaprovechada es evidente”, señala Andrés Benavides, cofundador y CEO de Cometa. La situación de las escuelas privadas no es un caso aislado, pues refleja una problemática estructural en el sistema educativo nacional. Según el Estudio 2024 sobre el Estado Actual de las Tecnologías Educativas en las Instituciones de Educación Superior , coordinado por la ANUIES, aunque hay avances en el uso de plataformas digitales y recursos tecnológicos, muchas instituciones aún carecen de infraestructura robusta y gobernanza clara para aprovechar estas herramientas. Además, la brecha digital afecta de forma desigual. Datos de la ENDUTIH indican que mientras el 73% de la población urbana tiene acceso a internet, en zonas rurales apenas alcanza el 40%. El reporte de Inegi señala que más de la mitad de los estudiantes no cuenta con los recursos necesarios para conectarse o tener un dispositivo propio y esta desigualdad se refleja dentro del sector privado, ya que en el sur del país, apenas el 8% de los colegios ha adoptado un CRM, en contraste con el 14% en la región centro. El informe de Cometa resalta que solo el 40.1% de las instituciones están presentes en directorios digitales, a pesar de que quienes sí lo están logran 33% más inscripciones. Tener sitio web implica un 29.3% más de prospectos registrados, y el uso activo de redes sociales se traduce en una captación tres veces mayor que en aquellas sin presencia digital. “Tener página web y redes activas ya no es opcional, es la forma en que las familias investigan y eligen dónde educar a sus hijos”, subraya Benavides. A pesar de esta evidencia, 1 de cada 3 colegios privados sigue sin contar con sitio web propio, lo que afecta especialmente a los niveles de secundaria y preparatoria, donde la competencia es más intensa.

Falta de estrategia e inversión Más allá del acceso a tecnología, el estudio apunta a problemas estructurales en la gestión escolar. Solo el 24% de las escuelas mide sistemáticamente la satisfacción de las familias, una práctica clave para la fidelización y mejora continua. Procesos administrativos fragmentados, escasa inversión en marketing educativo y poca sistematización de datos limitan su capacidad para adaptarse al entorno actual. “El problema no es solo digital, es estratégico. Las escuelas necesitan operar con procesos integrados, métricas claras y una cultura de mejora continua”, precisó Benavides.

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