Telegram comienza a colaborar con las autoridades entregando miles de datos

El arresto del CEO de Telegram, Pavel Durov, el pasado verano fue un punto de inflexión para la popular aplicación de mensajería. Desde entonces, según investigaciones recientes, la empresa ha empezado a compartir más datos de usuarios con las autoridades, algo que no pasa desapercibido para quienes valoran su privacidad.

Durov, que tiene ciudadanía francesa y rusa, fue detenido en agosto de 2024 en Francia como parte de una investigación que señalaba a Telegram como una herramienta para actividades delictivas. La acusación principal fue la de facilitar el uso de la plataforma por parte del crimen organizado y negarse a colaborar con las fuerzas de seguridad.

Tras pasar unos días en manos de las autoridades, Durov recuperó la libertad, pero no sin prometer cambios importantes para lidiar con estos problemas. Entre sus compromisos, destacó que compartirían datos como direcciones IP y números de teléfono de usuarios que violen las leyes, siempre que las solicitudes sean válidas.

Para mostrar transparencia, Telegram lanzó un bot que permite a los usuarios ver cuántas veces las autoridades han pedido información en su país y cuántos usuarios se han visto afectados. Sin embargo, esta medida no ha calmado las críticas, especialmente entre quienes veían en Telegram un refugio para la privacidad.

Investigadores vinculados a Human Rights Watch han estado recopilando estas cifras y las han publicado en GitHub. Según los datos, en los últimos meses de 2024 se dispararon las solicitudes de información. Solo en países como Estados Unidos, Alemania y Francia, las autoridades pidieron datos de unos 2.000 usuarios. En otros países europeos, como España, Reino Unido, Bélgica y Países Bajos, las cifras también son significativas, aunque menores.

A su vez, Telegram ha anunciado que publicará un informe anual de transparencia este mes, cumpliendo con la Ley de Servicios Digitales (DSA) de la Unión Europea. Esta normativa busca frenar actividades ilegales y perjudiciales en internet, lo que ha puesto más presión sobre una plataforma que siempre había defendido a ultranza la privacidad.

Aunque estas medidas apuntan a reducir el uso indebido de Telegram, también han generado un debate importante: ¿hasta dónde debe llegar la colaboración de una plataforma de mensajería cifrada con las autoridades? La respuesta a esa pregunta sigue siendo un misterio, pero lo que está claro es que el panorama para Telegram y otras aplicaciones similares está cambiando rápido.

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