El incierto futuro de la ingeniería de software ¿IA o talento humano?
La inteligencia artificial (IA) sigue acaparando titulares y la industria tecnológica es, sin ninguna duda, una de las que más noticias y revuelo genera por la transformación sin precedentes que está causando. Con bastante frecuencia encontramos declaraciones de algún importante directivo del sector que vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el papel de la inteligencia artificial en el futuro de la ingeniería de software. ¿Estamos realmente cerca de un escenario donde los programadores humanos serán prescindibles? ¿Este es solo un paso hacia un modelo más eficiente y colaborativo?
Lo que parece claro es que una nueva era de la productividad está llamando a la puerta. Marc Benioff, CEO de Salesforce, afirmaba recientemente que su compañía podría dejar de contratar ingenieros de software en 2025. Su afirmación puede causar asombro, pero según Benioff viene respaldada por el gran aumento en la productividad de sus equipos gracias a una colaboración más estrecha entre ingenieros y agentes. En pocas palabras, están consiguiendo más con menos.
Pero no es el único. Marc Zuckerberg también ha anunciado en una entrevista que Meta y otras empresas tecnológicas implementarán sistemas de IA capaces de realizar el trabajo de ingenieros de software de nivel medio a partir de este mismo año y Google ya ha hecho público que más del 25% de su nuevo código es generado por IA.
Otros gigantes tecnológicos, como AWS o NVIDIA han hecho sus apuestas, pero con posturas más cautelosas. Defienden que la inteligencia artificial es una poderosa herramienta que viene a liberar a los desarrolladores de las tareas repetitivas y a darles tiempo para innovar, no para reemplazar.
La IA no reemplazará a los desarrolladores, pero puede liberarlos para que hagan lo que mejor saben hacer: crear valor
Son diferentes enfoques y distintos escenarios que poco a poco se irán desvelando según pase el tiempo. Pero tanto uno como otro nos plantean una cuestión esencial ¿Cómo podemos medir y garantizar que esta integración de la IA con el talento humano producirá los resultados esperados?
Ingeniería de software ¿IA o talento humano?
La adopción de nuevas tecnologías no es un proceso sencillo, menos cuando se trata de aquellas que vienen a cambiar las reglas del juego para siempre. Necesitan planificación, contar con periodos de ajuste e implementar sistemas de control y evaluación que nos permitan medir su impacto para asegurarnos de que se están cumpliendo las expectativas. ¿Es esto posible en un entorno tan dinámico como el desarrollo de software?
Una solución efectiva es implementar un sistema que permita medir la productividad y calidad del software de forma objetiva. Por ejemplo, utilizar métricas estándar ISO/IEC como los puntos función para evaluar la cantidad y calidad del código generado, independientemente de si fue escrito por humanos o por IA. Esto no solo ayuda a identificar áreas de mejora, sino que también asegura que el producto final cumpla con las expectativas del cliente y sea rentable.
La normalización de procesos es otro paso esencial. Establecer reglas claras sobre cómo se gestionan y entregan los proyectos en entorno donde humanos e IA trabajan juntos ayuda a evitar inconsistencias y asegura que todas las partes trabajen hacia un objetivo común.
Otro recurso clave es el benchmarking, que permite comparar el desempeño de equipos, tecnologías y procesos frente a estándares de la industria o frente a resultados históricos de la propia organización. En este contexto, el benchmarking es más importante que nunca, ya que ofrece una visión clara de cómo la introducción de la IA está afectando la productividad y si realmente está ayudando a alcanzar nuevos niveles de eficiencia.
Cualquier empresa tecnológica que haya integrado la IA en sus procesos puede comprobar, gracias a esta herramienta, si el tiempo para entregar un proyecto ha disminuido, la calidad del software ha mejorado o los costes asociados se han optimizado. Y estas métricas son esenciales para tomar decisiones informadas sobre cómo continuar utilizando estas herramientas.
A veces es difícil no dejarse llevar por esta nueva “fiebre del oro” que nos puede hacer enloquecer. Así vemos casos como el de Wes Winder, empresario canadiense que hace poco despidió a todo su equipo de desarrollo para apostar exclusivamente por la IA pensando que obtendría resultados más rápidos y eficientes. Pocos días más tarde su empresa buscaba de nuevo programadores y las críticas por abandonar el talento humano en lugar de potenciarlo con la inteligencia artificial no tardaron en llegar.
La clave para poner en valor la tecnología no está en adoptar herramientas avanzadas, sino en saber hacerlo de manera planificada, con un objetivo claro e implementando mecanismos y métricas que permitan evaluar continuamente su impacto. Pero más allá de nuestras metas en eficiencia y calidad, es fundamental mantener el foco en las personas. La IA no reemplazará a los desarrolladores, pero puede liberarlos para que hagan lo que mejor saben hacer: crear valor.
Estamos tan solo al inicio de una nueva etapa en la que la inteligencia artificial es un aliado estratégico del talento humano para alcanzar metas más ambiciosas. Y el mayor desafío será cómo construir un futuro más productivo y competitivo, pero también creativo y humano.
Autor: Alexandra Blanco, MarCom / Consultora de Marketing, LedaMC
Powered by WPeMatico