La ONU pide reglas universales ante el crecimiento de la IA
La Inteligencia Artificial se ha convertido en uno de los temas más populares en los últimos meses, pero también de los más controvertidos. Cada vez más reguladores y organismos están pidiendo poner atención al crecimiento de esta herramienta y ahora tocó el turno de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. La institución pidió que se creen “normas” internacionales, en la primera resolución que se adopta sobre este asunto. El texto, preparado por Estados Unidos y copatrocinado por decenas de países, se adoptó por consenso tras varios meses de negociaciones.
De acuerdo con la agencia de noticias AFP, la resolución excluye a la IA militar y subraya “la necesidad de establecer normas que garanticen que los sistemas de inteligencia artificial sean seguros y fiables”. El objetivo es “promover, en lugar de obstaculizar, la transformación digital y el acceso equitativo a los beneficios de estos sistemas”, con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, además de garantizar un mejor futuro para la humanidad hacia 2030. “Hoy nos encontramos en un punto de inflexión. La inteligencia artificial plantea retos universales existenciales”, dijo la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, promotora del texto. Las aplicaciones de esta herramienta llevan poco más de 10 años existiendo en el mercado y aunque la masificación de la IA generativa logró poner el término en el centro de la conversación en 2023, este 2024 las empresas que la desarrollen también tendrán la labor de explicar cómo funciona y definir los alcances de la herramienta, de acuerdo con expertos. Por ejemplo, Marcio Aguiar, director comercial de Nvidia Enterprise, señala que una de las necesidades más inmediatas será la de tener talento capacitado, así como planes de educación hacia las compañías con el fin de que sus apuestas de negocio sean acertadas y benéficas a largo plazo. El texto de la ONU subraya las amenazas que plantean las tecnologías diseñadas o utilizadas “con fines equivocados o con la intención de causar daño”. La aparición a finales de 2022 de ChatGPT, de la empresa californiana OpenAI, capaz de escribir disertaciones, poemas o hacer traducciones en segundos, otorga a los intentos de regular la IA una nueva dimensión. Este sistema reveló el enorme potencial de la IA, pero también expuso sus riesgos para la democracia, en un año en que la mitad del mundo elegirá a sus líderes, o por la difusión de fotografías o vídeos falsos que pueden manipular a la opinión pública y arruinar la vida de las personas. Uno de los aspectos que más destaca es el reconocimiento por parte del organismo global es que esta herramienta puede afectar a los derechos humanos de las personas, reforzar prejuicios y discriminación, además de poner en peligro los datos personales de los usuarios. Por ello, la ONU pidió a los Estados miembros que “se abstengan o dejen de utilizar sistemas de inteligencia artificial que no puedan utilizarse respetando los derechos humanos o que presenten riesgos excesivos para el ejercicio de los derechos humanos”. En este sentido, la embajadora estadounidense recordó que la IA “también alberga profundas oportunidades universales para acelerar nuestro trabajo para acabar con la pobreza, salvar vidas, proteger nuestro planeta y crear un mundo más seguro y equitativo”. “Centrarse en el desarrollo es un esfuerzo deliberado de Estados Unidos por ganarse la simpatía” de los países pobres, dijo a la AFP Richard Gowan, analista del International Crisis Group. Cabe decir que el pasado 13 de marzo, el Parlamento Europeo aprobó la primera ley en el mundo para regular el uso de la inteligencia artificial en la Unión Europea.
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