Por qué no debes usar una Raspberry Pi como servidor NAS
La Raspberry Pi es uno de los dispositivos más baratos e interesantes para realizar múltiples proyectos en el mundo de la informática. Las últimas versión de este dispositivo incorpora un hardware claramente más potente que las primeras versiones, además, podemos tener una memoria RAM de incluso 8GB de capacidad, por lo que podemos utilizar sistemas operativos más completos y gestionar una gran cantidad de procesos sin problemas de memoria. Sin embargo, no es muy recomendable usar una Raspberry Pi como si fuera un NAS, hoy en RedesZone os vamos a explicar por qué no deberías usarla para esto.
Razones para no usar una Raspberry Pi como NAS
Si queremos tener en nuestro hogar un NAS low-cost, la primera opción que se nos viene a la cabeza es utilizar una Raspberry Pi, concretamente la última versión Raspberry Pi 4, ya sea en su versión de 4GB o 8GB de memoria RAM, un dispositivo que es bastante potente para tareas básicas, por lo que en principio, debería funcionar bastante bien. Además, debemos tener en cuenta que podemos conectar diferentes discos duros por USB para tener el almacenamiento que nosotros queramos. Por supuesto, cuenta con un puerto Gigabit Ethernet para tener altas tasas de transferencia a través de la red local.
Sin embargo, aunque sobre el papel puede ser una buena idea, a continuación os vamos a razonar por qué no sería recomendable usarlo para NAS.
Almacenamiento, lo más importante
La parte de almacenamiento es lo más importante cuando hablamos de un NAS, y es que necesitamos un almacenamiento que garantice que nuestros datos están a salvo bajo cualquier circunstancia.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el sistema operativo debería estar instalado en una unidad SSD, para tener el mejor rendimiento en lectura, escritura y en los IOPS. Aunque la Raspberry Pi permite la instalación del sistema operativo en una tarjeta micro SD o en un disco vía USB, siempre va a ser más lento que un SSD conectado a un puerto SATA3. De hecho, hay modelos de NAS que no son muy caros y disponen de puertos NVMe para tener un mayor rendimiento.
Otro aspecto que debemos tener en cuenta es el almacenamiento con discos duros, mientras que en un NAS los tenemos conectados con interfaz SATA3, en una Raspberry tenemos que conectarlo por USB, por lo que el rendimiento es claramente inferior, sobre todo para tareas que requieren mucho ancho de banda. Por supuesto, a nivel de software es muy recomendable formar un RAID 1 o RAID 5, para tener la seguridad de que si un disco duro se rompe, la información siga en el servidor sin ningún problema. Esto se puede hacer ya sea a través de comandos si usas un sistema operativo basado en Debian, o bien usar sistemas operativos orientados a NAS como OpenMediaVault, pero el principal problema está en que el rendimiento no será del todo bueno.
Procesador y temperatura
Aunque el procesador de la Raspberry Pi 4 funciona bastante bien y es muy potente, no es comparable a los últimos procesadores de Intel para los NAS de gama baja-media, que son claramente más potentes y con arquitectura x86. Además, otro aspecto muy importante es la temperatura que alcanzará con nuestro uso, mientras que en los NAS tenemos disipadores pasivos e incluso con ventiladores para refrigerar adecuadamente los componentes, en la Raspberry no tenemos esto, y tendremos que comprarlo si queremos mantener la temperatura bajo control.
Es crítico que nuestra Raspberry disponga de un disipador pasivo, e incluso que se use un ventilador para mejorar aún más la refrigeración. Si no hacemos esto, es posible que suframos bloqueos aleatorios e incluso que tengamos una baja del rendimiento del procesador para protegerse a sí mismo.
Conectividad
Hoy en día muchos usuarios domésticos tienen una red Multigigabit en su casa, con el objetivo de transferir datos a una velocidad mayor de 1Gbps. En este caso no tenemos un puerto Multigigabit Ethernet para la LAN, sino que solamente funciona a 1Gbps. Si tienes una red Gigabit, esto no te afectará, pero si el día de mañana compras un switch Multigigabit que ya son bastante baratos, echarás de menos esa velocidad adicional que podrías conseguir.
Actualmente muchos modelos de gama de entrada disponen de un puerto 2.5G Multigigabit, e incluso algunos disponen de 2 puertos Gigabit o 2 puertos Multigigabit, por lo que tendremos una mayor versatilidad en el caso de los NAS.
Tal y como habéis visto, hay muchos puntos en contra si vas a utilizar un Raspberry Pi como servidor NAS, sobre todo de cara al almacenamiento que es la parte más crítica.
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