Qué velocidad de Internet necesito para usar la nube sin lentitud
Si vas a utilizar la nube o Cloud de forma intensiva en tu hogar o empresa, debes conocer qué velocidad de Internet mínima necesitarás para no tener problemas de lentitud. Si vamos a usar algún servicio de almacenamiento como pCloud, Google Drive o similares para almacenar todos nuestros archivos y sincronizar archivos y carpetas, un factor decisivo es la velocidad real que tendremos a la hora de subir y descargar archivos, sin embargo, influyen muchos factores a la hora de subir archivos al Cloud, y no solamente la velocidad de Internet que tienes contratada. A continuación, os vamos a explicar estos factores y cuál es la velocidad que necesitarás para poder trabajar sin problemas.
Factores que influyen en la velocidad con la nube
Los servicios de almacenamiento en la nube son unos servidores instalados en un datacenter y que nos proporcionan una cierta capacidad de almacenamiento. La forma de acceso es a través de Internet, por este motivo, dependemos de varios factores que influyen directamente en la velocidad que los usuarios tendrán al usar esta nube. A continuación, os vamos a explicar todo lo que influye a la hora de subir archivos y carpetas a cualquier servidor en la nube.
Distancia física con la nube
Lo que todos denominamos como «nube» son los servidores físicos ubicados en un datacenter de una empresa, por lo tanto, estos servidores físicos estarán alojados en alguna ubicación en concreto. Cuanta mayor sea la distancia física desde nuestro hogar o empresa hasta esos servidores, mayor latencia en la conexión tendremos y una menor velocidad, ya que todos los paquetes de datos tendrán que pasar por diferentes routers y operadores hasta llegar a su destino.
Si todavía no has contratado un servicio de almacenamiento en la nube, deberías contratar uno que tuviera servidores físicos en tu país, y no fuera de él. De esta forma, te aseguras que conseguirás una mayor velocidad y una menor latencia que si estuviera en otro país, debido a la lejanía de los servidores. Por este motivo, Google ha lanzado una nueva «región» en España para su Cloud, con el objetivo de proporcionar el mejor rendimiento posible a sus clientes en España, los cuales se conectarán directamente a los servidores ubicados en nuestro país. Amazon con su AWS también está desplegando en la ciudad de Zaragoza grandes datacenters con el objetivo de mejorar la latencia y la velocidad de los usuarios de nuestro país, y es que la distancia a los servidores físicos es algo fundamental.
Operador y el peering que tenga
El operador de Internet que nosotros tengamos contratado también influye directamente en la velocidad que conseguiremos con la nube. Si nuestro operador tiene acuerdos de peering con el servicio de almacenamiento en la nube, tendremos un mayor rendimiento en términos de velocidad y latencia. Es posible que los servidores físicos de este servicio estén en la propia red del operador, con el objetivo de tener un ancho de banda muy elevado, o al menos, que tenga un peering en un punto neutro para que el tráfico no pase por terceros.
Si el operador de Internet no tiene ningún acuerdo de peering con el servicio, entonces todo el tráfico tendrá que ir por tránsito hasta el servicio, pasando por otros operadores e incluso es probable que ese tráfico tenga que ir a otro país para llegar a su destino. Es fundamental que nuestro operador tenga ciertos acuerdos con el servicio para tener el mayor ancho de banda posible, sin necesidad de que el tráfico pase por terceros (otros operadores).
Velocidad de Internet contratada
Por último, la velocidad que conseguiremos de descarga y subida en la nube dependerá directamente de la velocidad de Internet contratada. Si tenemos contratada un ancho de banda de 100Mbps, seguramente el cuello de botella lo tengamos nosotros, sin embargo, si tenemos velocidades contratadas de 500Mbps o más, seguramente el cuello de botella esté en la propia red y no en nuestra conexión a Internet.
En principio, con velocidades de Internet de 500Mbps o superior, no tendremos problemas de cuello de botella por nuestra conexión, ya que la limitación de la velocidad de subida estará directamente en la red por donde pasa todo el tráfico. Por lo tanto, no está en nuestra mano el poder mejorar este rendimiento que conseguimos.
Velocidad mínima que necesito
Para poder trabajar sin problemas de velocidad en la nube, necesitarás una conexión como mínimo de 300Mbps. Con este tipo de conexión a Internet podrás subir datos a una gran velocidad y también bajarlos, no obstante, deberías asegurarte también qué velocidad como máximo conseguirás con ese servicio de almacenamiento en la nube, porque si no tiene acuerdos de peering y el tráfico tiene que pasar por otros operadores, es muy probable que la velocidad que consigas no sea superior a los 100Mbps.
A continuación, os vamos a poner diferentes servicios de almacenamiento en la nube que hemos probado con una conexión de Movistar de 1Gbps simétrico, para que veáis la velocidad real que conseguimos a la hora de subir y descargar archivos.
Las pruebas las hemos realizado subiendo un archivo de 1GB de tamaño a las diferentes nubes y midiendo el tiempo que se tarda. A continuación, hemos realizado la misma operación pero al revés, descargando el archivo de 1GB de tamaño y midiendo el tiempo para obtener la velocidad media. La velocidad conseguida en los diferentes servicios son los siguientes:
- Google Drive: 260Mbps de subida, 630Mbps de descarga.
- OneDrive: 170Mbps de subida, 230Mbps de descarga.
- Dropbox: 195Mbps de subida, 225Mbps de descarga.
- pCloud: 40Mbps de subida, 95Mbps de descarga.
- MEGA: 30Mbps de subida, 40Mbps de descarga.
Tal y como podéis ver, la velocidad que hemos conseguido está muy lejos de la velocidad contratada, y también de la velocidad que conseguimos en los típicos test de velocidad, porque los servidores de estos test de velocidad están en la propia red del operador, con el objetivo de comprobar la velocidad de la manera más fiable posible, sin tener que pasar por otros operadores o demasiados routers intermedios.
Estas pruebas realizadas con Movistar, seguramente no se parezcan en nada a las realizadas con otros operadores como Masmóvil o Vodafone, ya que cada operador es diferente. En nuestro caso, con una conexión de 600Mbps aprovecharemos al máximo cualquiera de estos servicios, ya que la velocidad máxima que hemos conseguido es de 630Mbps en descarga con Google Drive.
¿Qué hago si la nube es lenta?
Si la descarga y subida de archivos a la nube es lenta, solamente vas a poder realizar dos acciones para tratar de solucionarlo:
- Cambiar de servicio de almacenamiento en la nube: si los servidores de tu servicio de almacenamiento están muy lejos físicamente de ti, entonces puedes optar por otros que estén más cerca (en tu mismo país como mínimo).
- Cambiar de operador: si no quieres cambiar de servicio de almacenamiento, entonces nuestra recomendación es que cambies de operador de Internet. Como hemos explicado antes, los resultados de las velocidades conseguidas cambian radicalmente de un operador a otro, por lo que debes tenerlo muy en cuenta.
Otra opción muy válida que se está imponiendo actualmente para tratar de paliar el bajo rendimiento de la nube pública en comparación con la nube privada, donde los servidores están en tu casa o empresa, es utilizar la nube híbrida. Los principales fabricantes de NAS como QNAP o Synology, disponen de herramientas software que nos permiten sincronizar una determinada carpeta con cualquier servicio en la nube, incluyendo Google Drive, Dropbox, OneDrive, Amazon S3 y muchos otros servicios de otras empresas. De esta forma, con la nube híbrida tendremos lo mejor de los dos:
- Velocidad muy rápida y latencia muy baja, todos los archivos están en el servidor local de la misma red.
- Seguridad e integridad de los datos: permiten sincronizar archivos y carpetas con la nube.
- Facilidad de uso: la sincronización con el Cloud se realiza de forma completamente transparente de cara al usuario.
Esta última opción es la mejor si quieres tener el máximo rendimiento, la parte negativa es que tendrás que tener un servidor de archivos intermedio, para que se encargue de gestionar todos los accesos locales y también desde el Cloud.
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