El coche conectado: un centro de datos de cuatro ruedas
Cada segundo, se publican 29,000 gigabytes (GB) de información en todo el mundo, o 2,5 billones de bytes de datos por día, y el 88 por ciento de esta información disponible no se analiza. En este ecosistema de “Datavore”, los datos generados por los automóviles conectados se convertirán en un gran mercado para analizar, monetizar y por supuesto hackear.
La digitalización de la economía ha abierto el camino para una recopilación de datos sin precedentes que muchos actores como Elon Musk y Gafa han aprovechado en el futuro mercado del automóvil. A este respecto, los Estados Unidos están un paso por delante de Europa. Este prometedor mercado también podría llegar a 750 mil millones en 2030. Así, el fabricante estadounidense Ford ha invertido mil millones de dólares en una startup de inteligencia artificial para avanzar en la conducción autónoma.
Algunos ejemplos entre otros que reflejan los enormes problemas involucrados en la explotación y el análisis de estos datos. De hecho, estos vehículos del mañana estarán cargados con sensores, automatizados y conectados a la nube. Estos sensores, necesarios para las funciones de asistencia al conductor, como el piloto automático, también son aspiradoras de datos valiosas. Estos serán conductuales para mejorar la comodidad y el bienestar del conductor pero también técnicos para facilitar el funcionamiento sin problemas del vehículo con su entorno.
También adoptarán un carácter público y privado que irá más allá de consideraciones estrictamente automotrices. El automóvil conectado es un nuevo punto de contacto para una experiencia del cliente cada vez más personalizada. Como resultado, nuevos requisitos en términos de trazabilidad, seguro y seguridad, condición de sinequanona para protegerse contra los ciberataques.
Mathias Robichon, Director Técnico de NetApp Francia dice que van a permitir que los datos se auto-gobiernen: “Por ejemplo, si usted está involucrado en un accidente de coche, varias entidades pueden desear o requerir el acceso a los datos del coche. Un juez o una compañía de seguros puede necesitarlo para determinar la responsabilidad, mientras que un fabricante de automóviles puede desear optimizar el rendimiento de los frenos u otros sistemas mecánicos. Los datos que son conscientes de sí mismos se pueden marcar para controlar quién ve, qué parte y cuándo, sin más demora o la intervención humana potencialmente propenso a errores, subdividir, aprobar y difundir esta valiosa de datos ”
El arte de monetizar datos de automóviles conectados
Un auto de prueba autónomo genera entre 5 y 50 terabytes por día, un valor comercial que genera oportunidades para aprovechar, especialmente a través de:
- Monetización directa de datos que implica el procesamiento como un activo y la creación de nuevas fuentes de ingresos. Esto se puede lograr ofreciendo una API que da acceso al análisis de datos o vende licencias a mayoristas, minoristas o intermediarios para acceder a datos brutos.
- La monetización indirecta de datos utilizará la información para mejorar las operaciones comerciales y los servicios para comprender el impacto exacto que los datos pueden tener en las operaciones comerciales.
El coche conectado inseparable de soluciones de almacenamiento unificadas
El futuro y los beneficios de la movilidad conectada son inseparables del almacenamiento de datos, la seguridad y la gestión sostenible en el tiempo. En este sentido, el enfoque “Data Fabric” y Open Innovation ofrecen a las partes en este mercado un acceso privilegiado, transparente y unificado a los datos. Al hacerlo, tienen la libertad de trasladarlos a los lugares más estratégicos, innovar más rápido y tomar decisiones más informadas al tiempo que se evita el efecto silo. Tendrán que poder analizar rápidamente grandes cantidades de información, lo que requerirá más demandas de almacenamiento y gestión de datos que nunca.
Su capacidad de capitalizar en este nuevo mercado es una ventaja competitiva definitiva al servicio de una experiencia de usuario más unificada y la ultra personalización que caracterizará a los vehículos conectados en el futuro. El Data Fabric está bien posicionado para manejar esto. Para que el automóvil conectado y autónomo sea viable, todos los vehículos deberán confiar en el mismo principio de recopilación y uso de datos.
El análisis de datos también es el principal vehículo para mejorar la “ciudad inteligente” para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y hacer que sus ciudades sean más sostenibles. La obtención de información mediante algoritmos permite la administración en tiempo real y la regulación de los recursos que permitirán una movilidad innovadora y sostenible.
Por lo tanto, los actores de la movilidad y las ciudades inteligentes deben trabajar juntos para crear soluciones efectivas que garanticen un impacto positivo en el tráfico de las autopistas, la seguridad vial, el diseño de los vehículos y el medio ambiente, mientras que al mismo tiempo servicios de alto valor agregado para los consumidores. Además, la cuestión inherente a la gestión de los datos generados por los automóviles conectados es compleja y aún no está totalmente regulada. La legislación deberá decidir sobre este aspecto de la “propiedad de los datos”, especialmente con respecto al RGPD vigente desde el 25 de mayo, que tiene como objetivo regular la gestión de los datos personales. La vigilancia está en orden para que no se compartan con nadie ni puedan ser pirateados.
Gestionar esta “interconectividad” implica una mayor colaboración y lógica colaborativa entre los actores públicos y privados, tales como: empresas de gestión de datos en la nube (híbridos), fabricantes de automóviles, operadores de telecomunicaciones, gobierno y comunidades.
La conectividad automotriz solo funcionará si la recopilación, accesibilidad y análisis de datos se gestiona y se piensa de forma adecuada, respaldada por tecnologías apropiadas para gestionar el almacenamiento de datos, lo suficientemente escalable como para admitir el desarrollo de nuevas características y crecimiento del mercado de IoT (35 mil millones de objetos en 2030).
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